Preguntas y respuestas
¡La mente es lo que piensa! La mente puede ser útil o dañina. Si la mente tiene malos hábitos, tendrá sentimientos negativos hacia los demás. Si nos esforzamos en entrenar la mente para que se vaya perfeccionando, nuestros pensamientos hacia los demás y hacia nosotros mismos serán más amables y positivos.
La mente se puede purificar a sí misma. Una parte de la mente está siempre observando lo que está ocurriendo y puede realizar la tarea de mejorar la mente. Si ésta aprende a observar las cosas tal y como son, entonces comprenderá que cuando existen pensamientos o emociones negativas, la mente está angustiada. A medida que esta parte observadora de la mente se hace más fuerte, las partes de la mente que reaccionan se van debilitando. La mente se vuelve más pura y se va eliminando el sufrimiento.
Observas la respiración tal y como entra, y tal y como sale, sin dejarte llevar por otros pensamientos. Normalmente, cuando vienen pensamientos agradables a la mente, nos surge el deseo de algo; mientras que los pensamientos desagradables no nos gustan. Sin embargo, al observar la respiración sin más, aunque sólo sea durante unos instantes, dejan de surgir negatividades que contaminan la mente. A medida que estos momentos de pureza se hacen más largos, poco a poco la mente se va limpiando. Al principio esto ocurre a nivel superficial, pero este método te prepara para que luego puedas practicar la meditación Vipassana, que permite realizar una limpieza hasta la raíces.
Por eso precisamente meditamos. Si la mente ya fuera capaz de mantenerse centrada, no necesitarías meditar. La mente se sigue distrayendo, ese es su hábito. Surgen todo tipo de pensamientos, generalmente sobre el pasado o sobre el futuro. Lo importante es cuanto tardamos en darnos cuenta de que la mente se ha distraído. Nuestro trabajo consiste en hacer que la mente vuelva a observar la respiración.
La respiración pura es sólo respiración. El momento en que se añade algo más a la respiración, ya sea una palabra o una imagen, ésta se vuelve impura. En la meditación Anapana, sólo trabajamos con la respiración pura, sin añadir nada más.
El flujo de la respiración que ocurre de manera natural, sin ningún esfuerzo añadido. Puede ser débil o profunda, lenta o rápida, pero nunca intentamos cambiarla. La respiración natural entra y sale sin que nosotros hagamos ningún esfuerzo. Nuestro trabajo consiste simplemente en observarla.
Porque queremos comprender la verdad acerca de nosotros mismos. Al meditar únicamente con la respiración pura, y nada más, empezamos a experimentar la verdad. La respiración está relacionada con el cuerpo y también con la mente. Observamos la respiración y, mientras la observamos, empezamos a conocer nuestra mente. Cuando surgen pensamientos en la mente, esta reacciona a dichos pensamientos, y la respiración cambia. Cuando sentimos ira o estamos disgustados, notamos que la respiración se vuelve más fuerte y más rápida. Cuando la mente se calma, la respiración vuelve a ser normal. A medida que empezamos a comprender la mente mediante la observación de la respiración, somos capaces de fortalecer nuestras buenas cualidades.
Una mente pura está llena de amor, buena voluntad y compasión para todo el mundo. No genera ira, mala voluntad, odio o codicia. Con una mente pura, nuestros pensamientos y acciones hacia nosotros mismos y hacia los demás son amables y positivos.
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